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Freelance rico

Seguramente conoces a muchas personas que tienen una profesión, pero no tienen un negocio, es decir tienen trabajo pero en realidad no salen de un empleo o de un auto empleo, aunque sean autónomas, aunque sean FreeLance, no dejan de ser autoempleados, lo cual se significa que siguen teniendo un empleo. Y un empleo no es un negocio. Estó es algo que tiene que quedar muy claro a la gente: tener trabajo no es un negocio, tener una profesión no es un negocio, tener un empleo no es un negocio y nunca lo será. Si eres freelance sé rico, no pobre.

Un empleo no es un negocio.

Ahora bien, si quieres convertir esa profesión en un negocio, si quieres convertir ese conocimiento y esa experiencia que tú tienes en algo realmente sólido y que valga dinero al margen de ti; es decir, que no te exija a ti que estés trabajando continuamente y que no puedas dejarlo en legado, sino que puedas construir algo que es un negocio.

No puedes dejar un tarbajo a tus hijos (ni debes) pero puedes (y debes) dejarles un negocio.

Yo le enseño a la gente a construir un negocio a partir de una profesión, de un trabajo o de un autoempleo; es decir, les enseño eso porque la escuela, la universidad, no enseña eso. La universidad les enseña a aprobar exámeners, a conseguir un trabajo o a buscar empleo, pero no te enseñan como construir un negocio, como vivir muy bien de aquello que tu has aprendido en la universidad. Probablemente porque no lo saben, no van a enseñártelo nunca, así que alguien tiene que enseñarte cómo convertir aquello que tú has aprendido en una auténtica mina de oro. Yo lo llamó la máquina de hacer dinero, y es una máquina de hacer dinero porque el conocimiento es el nuevo petróleo del siglo XXI.

Crea tu propia máquina de hacer dinero a demanda: tu negocio (freelance rico).

Bueno y visto la situación, te preguntarás ¿ Y qué solución hay a esto ?, pues básicamente se reduce a una palabra, en convertirte en un experto. Un experto es alguien que básicamente está especializado, está enfocado, se dirige a un público muy concreto, resuelve un problema muy concreto y además no solamente está especializado, si no que además se ha diferenciado de otros expertos que hacen exactamente lo mismo.

Mira este vídeo para saber más:

Puedes leer mi libro para profundizar:

Pero aún mejor si entras en mi grupo de mentoría:

¿A qué te dedicas?

Esta es una pregunta que debes tener muy clara. Tu ocupación. Es una pregunta que te harán… seguramente en tu vida social las personas te preguntan eso: ¿a qué te dedicas?, y tú eres el que tiene que explicarle al mundo a qué te dedicas, y si no te preguntan, no importa, tú se lo dices igual. Aprende a presentarte.

Tengo unas pautas para responder a esta pregunta, lo que te aconsejo es que no te presentes con un título standart, un oficio, una profesión, unos estudios, un diplomado en tal…, licenciado en aquello…, estudie esta cosa…, nada de eso. Eso aburre hasta la muerte y no dice nada.

Eso no le interesa a nadie, de hecho hay muchísima gente que ha hecho exactamente lo mismo que tú, que ha estudiado eso que tú has estudiado, así que no te presentes con un título, un diploma, una certificación, unos estudios… nisiquiera con una profesión. No digas: soy coach, soy ingeniero, soy médico, soy abogado… nada de eso, por que así no te diferencias, aburre a la gente y de hecho no enlaza con ningún problema que tenga esa persona, con ningún problema concreto al menos, así que mejor dí lo que consigues, no lo que has estudiado. Lo que consigues para tus clientes.

Mira te voy a dar una plantilla, una plantilla muy simple con 3 puntos para que te presentes de una forma efectiva y seria.

  1. Punto número uno, dices a qué ayudas a -tu público-, profesionales de…, a resolver un problema concreto -puedes mencionar alguno de los problemas mas típicos con los que tú te sirvas-. Repito: primer punto, ayudo a -tu público, clientela- a…
  2. Punto número dos, especificas qué problemas más importantes son los que requiere la gente de ti,
  3. Punto número tres, les explicas qué beneficios tienen al trabajar contigo. Para conseguir: esto, esto y esto…

Es así de simple: ayudo a…, a resover… , y para conseguir… Esa es tu ocupación.

Ya está, con esta plantilla la gente se hace una idea clara de: a quién ayudas, en qué les ayudas, y para conseguir qué cosa les ayudas.

Mira el video para entender mejor…

Puedes leer el libro para ampliarlo:

Ven a mi mentoría para cambiarlo todo:

 

El reto de emprender

Emprender con corazón es el camino del sensei.

Hace un tiempo vino a mi gabinete de coaching una persona y me dijo: «el libro EL CÓDIGO DEL DINERO está muy bien, hay algunas cosas que hay que cambiar para que las cosas te vayan mejor, es verdad, pero vamos a saltarnos todo eso, tengo prisa, vamos directamente al tema del dinero, dime qué tengo que hacer para ganar más». Lo referí a otro compañero, pues yo no quiero trabajar en procesos de coaching en los que no creo. El cambio interior siempre es necesario para el cambio exterior. Y creo que para que las cosas vayan mejor, tienes que ser mejor, tienes que ser mucho mejor… mejor profesional, mejor persona… Eso es lo que quería decir cuando me presentaba coach para emprender con corazón.

Emprender no es ganar a otros, es ganarte a ti.

Creo que debemos introducir conciencia, sabiduría y un poco más de corazón en la economía. Para aprender, antes hay que estar confuso, no se puede aprender si no estás confuso; y ocurre exactamente lo mismo con las oportunidades. Antes de una oportunidad siempre hay una crisis, confusión. No podemos ganar la oportunidad sin pasar la crisis, hay que vivir la crisis, hay que atravesarla toda de punta a punta, hay que trabajarla, hay que hacer de ella una oportunidad.

Siempre he pensado que las crisis son un gran regalo; y además, y no quiero ser cruel, siempre he deseado a todas las personas del planeta que tengan una crisis tan constructiva y tan creativa como destructiva fue al empezar.

Las crisis son el regalo del alma a una mente confusa.

Durante las crisis hay muchos problemas, y las personas les tenemos alergia a los problemas, no nos gustan. Hoya para avanzar, tenemos que buscar problemas que resolver, ¿por qué? porque hay muchísimos y si nos enamoramos de la solución a un problema, y ayudamos a solventar ese problema, tendremos cola de clientes. Lo que tenemos que hacer no es buscar soluciones, si no lo que debemos de buscar son problemas, ¿cuál?, aquel que cada uno quiera solucionar y si lo hace bien, tendrá cola, tendrá trabajo y prosperidad ganatizados.

Ve el video y entenderás más:

 

Puedes leer el libro:

O mejor, entra en mi grupo de mentoring:

¿Emprender o no emprender?

La pregunta: ¿Es un buen momento para emprender?, se responde sola. Hay un dicho chino que dice que el mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años y el segundo mejor momento es hoy.

Si piensas en emprender, ya deberías haber empezado hace mucho.

Así que si hubiéramos creado una empresa hace veinte años, o hace diez años, ya tendríamos ingresos, sombra, tendríamos un negocio rodado.

Yo creo que vamos tarde. Quién empezó bien, quién no va tarde. Si hubiéramos empezado hace un tiempo mejor y si no hoy. Estamos en un momento en el que emprender es más sencillo porque contamos con mucha tecnología, muchos medios y con una comunicación muy desarrollada, así que este es un momento excelente para emprender.

Si alguna persona se queja de que los bancos no dan crédito o si estamos en una crisis permanente, creo que en realidad son excusas, por que básicamente el momento de emprender es ahora y aquí.

Quién no tenga dinero puede invertir creatividad e imaginación.

No todos estamos preparados, o no queremos emprender, de acuerdo. No es para todo el mundo pero sí al menos para la mitad de la población activa.

No hay una burbuja de emprendimiento, hay una burbuja de empleo que va a estallar.

Emprender básicamente es una actitud, es una mentalidad, es un estilo de vida y si no se crea ese mindset y los valores acordes al emprendimiento, casi mejor no emprender.

Mira este video:

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Cómo llegaste a ser la suma de todas tus decisiones

Cómo llegaste a ser la suma de todas tus decisiones

Evitamos el momento, lo aplazamos. No nos engañemos: a veces es necesario sincerarnos con nosotros, hacernos buenas preguntas, barajar todas las opciones… Y ser valientes. Por Raimon Samsó

Somos la suma de todas nuestras decisiones anteriores. El día de hoy es un resumen de todas las decisiones que tomamos ayer y anteayer. Cuando alguien se pregunta “¿Cómo he llegado a esto?”, debería repasar la larga lista de elecciones que ha tomado en los últimos años. Y quien se pregunte:  “¿Cómo será mi vida en el futuro?”, debería examinar las decisiones que toma hoy en adelante. Como dice el adagio: una cosa lleva a otra. Por todas estas razones, aprender a tomar decisiones es una habilidad fundamental en la vida que puede aprenderse.

Con cada decisión, la vida toma una dirección, se bifurca, se desdobla; por eso, decidir genera temor. Miedo a equivocarse. Así, algunas decisiones quedan suspendidas en el aire. Aunque “no decidir” es también una decisión, de modo que es literalmente imposible no tomar decisiones. De alguna manera, deliberada o no, ¡siempre estamos decidiendo! Y de todas, la peor decisión es la indecisión. Eso es peor que equivocarse.

Si decidir es un proceso tan importante, ¿cómo es que las personas no cuentan con un sistema que les ayude a hacerlo? Para tomar buenas decisiones se han de cumplir tres supuestos: aceptar la posibilidad de errar, definir con exactitud el problema e identificar las opciones, y usar como herramienta las buenas preguntas. Veámoslo más desarrollado.

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Cómo las malas decisiones vienen de anteponer la respuesta a la pregunta

Lo que te explicaré en este artículo no es nuevo para ti, de algún modo ya lo sabes. Si tú no lo supieras ya yo tampoco lo sabría, pero ahora podemos recordarlo juntos. Puedes llamarlo pasos o reglas. Cuando sean pasos significará que se tratan de ideas con las cuales sientes cierta atracción pero sin una comprobación. Cuando los llames reglas, será señal de que lo has practicado y ahora se han convertido en hábitos para ti.

Tal vez sientas que tomas decisiones de vez en cuando (casarte, comprar un piso, tener u hijo, hacer un viaje…) pero en realidad estas tomando decisiones a cada minuto. La suma de todas tus decisiones anteriores es este día, tu situación actual y tus circunstancias. Tu día no transcurre al azar, todo sigue la ley de causa y efecto.

El auténtico problema al tomar decisiones es que primero decides qué tienes que hacer, y después buscas justificaciones a esa decisión. Pero vamos a revertir este proceso para decidir correctamente.

Primero vamos a preguntar que es lo que sientes que debes hacer, después puedes buscar justificaciones para tomar esa elección (aunque en realidad no son necesarias ya que elegiste lo que sientes que tienes que hacer), y finalmente decides y actúas sin cuestionarlo en absoluto, sin mirar atrás, sin preguntarte si has tomado la decisión correcta. Recuerda que no hay resultado correcto ni equivocado, sino creencias que lo valoran así.

“Hoy no tomaré ninguna decisión que tenga que tomar sino que sienta que quiero tomar”, esta es la primera regla.

Pregúntate: ¿qué clase de día querrías para hoy? ¿qué emociones quieres sentir? ¿qué deseas experimentar? Y cuando tengas las respuestas afirma para ti en silencio: “Si no tomo las decisiones que tengo que tomar sino las que siento que quiero tomar esta es la clase de día que tendré”.

Por desgracia muchas decisiones desafortunadas se toman sin hacerse esas preguntas, son decisiones sin preguntas tales cómo: ¿cómo me sentiré cuando haya tomado esta decisión? O ¿desde donde decido: desde el amor o desde el temor?

Toda decisión suscita preguntas, pero cuando se responden con juicios y no con preguntas empiezan los problemas.

Segunda regla: “¿es esta la única manera de ver esto? Quiero ver esto de otra manera”.

Somete tu decisión a esta pregunta de confirmación o validación antes de actuar. A menudo verás opciones que antes no veías; y si no ves ninguna alternativa, es que no estás mirando la situación correctamente, vuelve a la regla uno. Pide ver tu dilema de otra manera. Con pedir es suficiente para que acedas a otras perspectivas. Pero es preciso que este dispuesta de verdad a ver de otra manera. Piensa que tal vez hay otras maneras de ver la situación, ¿qué puedes perder con pedirlas?

Vayamos a la tercera regla: “Como nadie puede tomar elecciones por su cuenta, hoy no tomaré decisiones por mi cuenta”.

Cuando lo tengas claro y lo aceptes, tendrás una gran paz interior. Y la razón de esta tercera regla se debe a que siempre decidimos junto al temor o junto al amor, por eso nunca estas sola ante tu decisión: o bien te acompaña el amor o bien te acompaña el temor, y en base a uno de ellos decidirás.

Cada minuto de tu vida elijes amar o elijes temer. No tienes otra elección ni otra alternativa.

Si no tomas ninguna decisión por tu cuenta, y elijes que el amor hable por ti, aquella es la clase de día, de experiencia y emoción que tendrás. Lo que elegiste ante de decidir, porque te hiciste una pregunta antes de decidir, porque en realidad nadie decide nada por su cuenta: el amor o el temor lo hace.

Y no quisiera cerrar este escrito sin una revelación cuántica que tal vez pueda sonar inquietante para alguna lectora pero creo que la mayoría se alegrará de recordar que: “tus decisiones son tanto para ti como para el mundo”.