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Crea tu propio Destino

Crea tu destino

Siempre por estas fechas, muchas personas suelen establecer sus objetivos para el nuevo año. Lo que todos sabemos es que normalmente estos objetivos no suelen cumplirse después. ¿Por qué no se alcanzan los objetivos? La respuesta es bien sencilla, normalmente los objetivos no se cumplen porque el nivel de compromiso es muy bajo o inexistente. Esto significa que las personas desean cumplir sus deseos pero no están dispuestas a pagar los “precios” para que se cumplan. Dado que el coste de no hacer algo es menor que el coste de hacerlo, las personas no se ponen en marcha.

Lo primero que tendríamos que considerar es que los objetivos de principios de año no son la continuación de la carta a los Reyes Magos, sino la voluntad de convertirse uno mismo en mago. Cuando termina el año, muchas personas suelen pedirle al nuevo año sus deseos, sin embargo en el ámbito del coaching cualquier objetivo debe ser “controlable”, es decir, tiene que estar en la mano de quien va a cumplirlo. Desde luego, pedirle al año lo que fuere es una temeridad.

La experiencia nos enseña que “pedirse a sí mismo” suele funcionar.

También, a final de año, suelen hacerse muchos rituales en relación con los deseos: algunos los escriben en un papel y luego lo queman en la noche mágica de reyes -o en la de Nochevieja-. Otros entierran su deseo escrito como acto simbólico para que “crezca”, y algunos ponen la hoja de deseos en el horno para que se vaya “cocinando”. Los más, la mayoría, los repasan mientras toman las doce uvas de la suerte… Todos estos rituales son festivos y divertidos pero, sin embargo, ineficaces. Personalmente yo jamás delegaría la consecución de mis objetivos a un acto simbólico.

Mi ritual preferido -mucho más pragmático- funciona y es más sencillo: repaso cada semana del año mis objetivos personales y profesionales.

Con desear no basta, ya lo sabemos. Sin un alto nivel de compromiso y la firme decisión de pagar los precios para que se cumplan los objetivos nada suele suceder. Siempre digo que hasta que alguien no paga sus precios no ocurre nada.

Los objetivos, puestos por escrito, son los planos de tu propio destino.

Si alguna persona planea sus vacaciones de verano de una forma más detallada que los próximos cinco años de su vida, su nivel de logro será muy bajo. Lo cierto es que está pasando. Y otra cosa que está pasando en este momento es que la persona promedio gasta unos 15 años de su vida viendo la televisión y 3 años viendo anuncios. ¿Entiendes por qué tan pocas personas consiguen lo que quieren? La persona promedio se sube a un bote con la esperanza de llegar a su isla idílica, enciende el televisor y se olvida de la navegación, nadie rema, nada ocurre y entonces se preguntará por qué sigue en el mismo lugar.

¿Alguien iría a la luna sin un plan de ida y vuelta preciso? ¿Cómo es que cada día aterrizan aviones en la diminuta isla de Hawai en medio del océano más grande del planeta? La respuesta no es “por casualidad” ni tampoco gracias a la improvisación. El logro siempre es resultado de un plan preciso y detallado. Lo que está ocurriendo ahora mismo es que muchas personas van a la deriva, como cohetes perdidos en el espacio, sin llegar a ninguna parte; y ello porque no tienen ningún plan preciso que les lleve a donde desean llegar.

Trabajar con objetivos es una de las mejores cosas que han ocurrido en mi vida. Desde que me aplico a ellos, mi nivel de logro es espectacularmente elevado. Muchas personas dicen que los objetivos son un motivo más de estrés y que no están dispuestas a aceptar más presiones. A ellas les diría que sus objetivos son elegidos y voluntarios; y por esa misma razón pueden cambiarlos cuando lo deseen. De hecho, me entrevisto con más personas que sufren por no tener un objetivo que personas que estén estresadas por no haber cumplido sus objetivos.

En mi caso, cada mes de diciembre establezco mis objetivos personales y profesionales para el año siguiente.

No es una tarea ardua, todo lo contrario, es un acto festivo y me proporciona un gran placer. Normalmente me “reúno” con mi pareja en un hotel con encanto para así juntos diseñar nuestro nuevo año. Cada uno establece sus propios objetivos y también compartimos los objetivos comunes; en este sentido, nos ayudamos y apoyamos y hacemos que nuestro paso se acompase.

Me encanta hacer planes y me gusta aún más cumplirlos.  Por supuesto que no cumplo todo lo que planeo pero como me pido tanto, tantísimo, que me basta con alcanzar el 70% ¡eso es ya un gran logro! Desde que trabajo con objetivos personales y profesionales soy el dueño de la vida que siempre desee.

Los resultados son tan espectaculares que confirman el poder de esta estrategia.

Algunas personas se preguntarán sobre qué cosas pueden establecer objetivos personales y profesionales. Básicamente sobre: salud, relación, familia, amistades, profesión, finanzas, desarrollo personal, contribución. Es tan sencillo como coger un papel y anotar cinco cosas que quieres ser, cinco cosas que quieres hacer, cinco cosas que quieres tener, cinco lugares que quieres visitar, cinco acontecimientos que cambiarían tu vida. En definitiva, escribe lo que te pides para tus próximos cinco años.

La mejor estrategia para establecer objetivos es “desde el final”. Esto no significa que uno deba ir hacia atrás, sino planificar desde el objetivo. Cuando uno tiene bien claro a dónde va es mucho más fácil trazar el camino que le conduce a ese lugar. Esta estrategia nos la enseñaron los sherpas del Nepal. Para subir una montaña planean el camino desde la cumbre hasta el campamento base. Los sherpas lo hacen. Lo hacen los organizadores de las Olimpiadas. Lo hago yo con mis libros… Y lo hace todo aquel que consigue algo notable.

Las tres acciones que te ayudarán a hacerlo real son: primero, escribe tu objetivo desglosado en tareas realizables. Segundo, pasa todas esas tareas a la agenda con una fecha. Tercero, revisa tus objetivos cada semana. Sencillo, si. Fácil, no.

Las tres actitudes que te ayudarán a hacerlo real son: primera, un nivel de compromiso absoluto. Compromisos inferiores sólo garantizan resultados inferiores. Segunda, disciplina; es decir, si una persona trabaja en su lista de tareas, es cuestión de tiempo que antes o después lo consiga. Tercera, autoexigencia con uno mismo, ser duro con uno mismo es la prueba más alta de autoestima.

Las tres recomendaciones que puedo hacer a una persona que está empezando a establecer sus objetivos personales y profesionales para crear su propio destino serían: leer buenos libros y mantener lecturas motivadoras. Recomiendo dos libros vinculados a este tema: “Crea tu propio destino” de Patrick Snow en ediciones Obelisco y “Cita en la cima” del autor de este post y en la misma editorial. La segunda cosa es contratar un coach, por la sencilla razón de que un coach pide mucho más de lo que uno se suele pedir a si mismo. Y para terminar, recomiendo trabajar con objetivos personales y profesionales, no hay nada que perder y se puede ganar una vida.

Curso Cita en la cima con raimon SAmsó

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Problemas con la autoestima

Buscar siempre la aprobación externa puede resultar un arma de dos filos, La clave es aumentar el valor personal ante uno mismo, pero no delante de nadie
Ilustración de JOÃO FAZENDA, Texto RAIMON SAMSÓ. Publicado en EL PÁIS SEMANAL, 24 DE NOVIEMBRE 2013.

De pequeños, pocos reciben una educación enfocada al bienestar emocional, y después, de mayores, al carecer de una referencia interna, las personas buscan en los demás un sucedáneo de autoestima que acaba creando más problemas de los que trata de solucionar. Se han escrito muchos libros sobre el tema, se imparten cursos y se llenan consultas de personas que desean mejorar su autoconcepto… pero muchos olvidan que la valía es fruto de la autopercepción y no de lo que digan los demás.

Nuestra cultura occidental ha inventado la necesidad de ser “especial”, para alguien o en algo. Y nosotros hemos comprado ese deseo. ¿Qué ha ocurrido? Quién más, quién menos, construye una idea de sí mismo en positivo o en negativo. Es decir, hay personas que se sienten “mejores” –por encima de los demás– (se aman) y otras que se sienten “peores” –por debajo de los otros– (y se odian).

No conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo” Woody Allen

No sé de dónde salió la idea de que debemos buscar la aprobación externa, el cuento de que, en el caso de obtenerla, podemos sentirnos felices, y en el caso de no obtenerla, hemos de sentirnos desgraciados. El reconocimiento externo es un arma de dos filos: por un lado, puede subir la moral, pero también puede dejar por los suelos el estado de ánimo. Demasiado riesgo, máxime cuando la aprobación o la censura se suele hacer con ligereza.

Alguien dijo: “Dale un premio a un escritor y ya no escribirá nada más de valor”. No siempre es así, por fortuna, pero es verdad que el escritor después de recibir un galardón soporta un estrés adicional, ya que se ve obligado a no defraudar las expectativas de sus lectores y estar a la altura del reconocimiento recibido.

Formas de mirarse

Ilustración de JOÃO FAZENDA

LIBROS:

  1. ‘La asertividad’ de Olga Castanyer
  2. ‘La autoestima’ de Luis Rojas Marcos
  3. ‘Los seis pilares de la autoestima’ de Nathaniel Branden

PELÍCULAS:

  1. ‘Billy Elliot, quiero bailar’ de Stephen Daldry
  2. ‘Quiero ser como Beckham’ de Gurinder Chadha
  3. ‘El diario de Bridget Jones’ de Sharon Maguire

Cuando una persona se convierte en buscadora compulsiva de la aprobación externa, entra en su propia trampa y en un ciclo sin fin. Se condena a sí misma, sin saberlo, a ir de cumplido en cumplido, a recabar la aprobación ajena, a necesitar incluso el halago. Ya no es libre, depende de que otros alimenten su necesidad de ser aprobada. Es como un adicto emocional que padece el síndrome de abstinencia. Se podía decir que esa persona pierde el tiempo y la paz mental buscando la felicidad en el lugar equivocado.

Es obvio que no hay nada malo respecto a contar con el beneplácito ajeno. El problema es cuando se necesita y, sobre todo, cuando se confunde el verdadero valor personal con la complacencia externa. Son dos cosas muy diferentes, y cuando se entiende esta gran diferencia, las personas se centran en su valor y no en buscar ser valoradas.

Reforzar la autoestima significa aumentar el valor personal ante uno mismo, pero no delante de nadie. Cualquier palabra que empiece conauto (autoestima, autoconcepto, autoimagen…) tiene que ver con uno mismo y no con los demás. Aun estando claro, parece que se olvida. Llega un momento en la vida en el que tenemos que centrarnos en aclarar la relación con la persona más importante, que no es otro que uno mismo. Si esa relación es sana e intensa, seremos felices; si es insana, seremos infelices.

Tampoco hay que confundir la valoración propia con la arrogancia, que es precisamente la defensa de las personas que tienen poca. Hay dos clases de autoestima falsa: la evaluación que hacen de sí mismos aquellos que se creen mejores que los demás y la que hacen los que se sienten peores que los demás. Ambas percepciones son una visión desajustada del valor intrínseco que cada persona tiene por el simple hecho de ser un ser humano.

«Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades” Wayne Dyer

No hay diferencia, salvo en el signo en las expresiones: “soy el mejor” y “soy el peor”. Ambas expresiones demuestran un desconocimiento del valor real del ser humano, y confunden la comparación externa con la autoevaluación interna. En el fondo reflejan el mismo problema, pero con dos sistemas de compensación diferentes: uno a más y el otro a menos. Fue S. Freud quien decía que esta compensación en realidad es una deformación para poder soportar una autoestima lesionada.

Elevar la autoestima depende de tomar la decisión de que somos valiosos al margen de los resultados que obtengamos, y de recordar siempre esta decisión. No necesitamos pruebas ni resultados. Se trata de una decisión interior que se apoya en uno mismo y no en los demás. La mejor manera de influir en cómo nos perciben los demás es mejorar la forma en que nos vemos a nosotros mismos. Sin duda, eso generará de alguna manera un impacto porque cuando las personas se quieren más, el mundo las quiere más.

Una pequeña diferencia, en más o en menos, del nivel de autoestima de una persona va a marcar una discrepancia dramática en lo que conseguirá de la vida, tanto a nivel personal como profesional. Así, nuestro rendimiento nunca será mayor que la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Una persona con autoestima saludable es: sabia sin ser pedante, asertiva sin ser agresiva, poderosa sin necesitar la fuerza, ambiciosa sin ser codiciosa, profunda y no banal, humilde sin ser servil, valiosa sin ser orgullosa. Y lo más importante: deja de compararse con los demás, ya sea en positivo o negativo.

Las consecuencias

“El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta de forma decisiva a todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, el amor o el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestras respuestas ante los acontecimientos dependen de quién y qué pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de la visión íntima que poseemos de nosotros mismos. Por tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso. También es la clave para comprendernos y comprender a los demás. De todos los juicios a que nos sometemos, ninguno es tan importante como el nuestro propio”. Cómo mejorar su autoestima, de Nathaniel Branden

El secreto es prescindir de autojuzgarse. Es mucho más interesante establecer una relación de amor con el planeta en lugar de mirar de puertas adentro para evaluar si somos dignos o no de amor. Lo que lo cambiaría todo es dejar de autoevaluarse y perseguir conectarse con el resto del mundo.

Del mismo modo que la forma de librarse de los defectos es aumentar las cualidades –ya que aquellos se diluyen en estas–, la mejor forma de no tener que conseguir una buena nota es prescindir de ponerse una, cualquiera que sea.

Imaginemos un mundo donde amarse no fuese una ardua tarea. En ese mundo ideal no se perdería el tiempo y la energía en reparar lo que en realidad no necesita reparación, sino una nueva percepción. En ese nuevo conocimiento de uno mismo, la avería de la autoestima simplemente no sería posible porque el concepto sería irrelevante. En ese mundo ideal, todas las personas se conocerían bien, a nivel esencial, se aceptarían y se respetarían a sí mismas. En esa utopía no se vendería ningún libro o servicio sobre cómo mejorar la percepción que tenemos de nosotros mismos.

Leyendo las biografías de Vicente Ferrer o la madre Teresa de Calcuta, uno se da cuenta de que estas personas no tenían este problema. Simplemente estaban más centrados en los demás que en ellos mismos. Y al hacerlo se evitaban un montón de complicaciones, incluida la de necesitar la aprobación ajena. Seguramente esas personas se levantaban cada día centrados en cómo iban a ayudar a quien lo necesitase y les ofrecían todo su apoyo. No creo que se mirasen al espejo para ver si estaban guapos o feos, o que se perdieran en divagaciones mentales sobre qué diría la prensa de ellos o si eran adecuados o no. Actuaban desde el amor, y en ese contexto la autoestima es innecesaria.

«La religión de todas las personas debería ser la de creer en sí mismos” Jiddu Krishnamurti

Cuando pienso en la madre Teresa, me cuesta imaginarla usando este término. Imagino que su foco de atención estaba siempre lejos de sí misma, en los demás, y su autoconcepto no tenía la más mínima importancia para ella. Y así debería ser para todos. Cuando el Dalai Lama visitó Occidente por primera vez y le preguntaron qué diría a las personas con baja autoestima, él respondió: “¿Pero es que no se quieren? ¿Por qué razón?”. En su mente no cabía semejante posibilidad, pues en su cultura y en su filosofía, hablar de este término carece de significado. Esta podría ser una buena receta para egos inflados o raquíticos: olvidarse un poco más de sí mismos y enfocarse plenamente en dar lo mejor que uno tiene, en lo personal y en lo profesional. En definitiva, entender que la autoestima baja o alta es un síntoma de desconocimiento del yo esencial.

Por qué quienes se piden más, consiguen mucho más…

Alguien dijo que apuntaras siempre a la Luna porque aunque no llegarás, con seguridad acabarías rodeado de estrellas. En este post ve cómo apuntado muy alto, mejora tu rendimiento y acabas por conseguir mucho más.

Mira, es contraproducente ponerte objetivos fáciles porque no te sacan de la zona cómoda y ya sabes que en esa zona no hay nada por lo que suspiras y aún no has conseguido.

De la zona cómoda a la zona mágica hay un objetivo importante.

La persona promedio apunta bajo porque piensa que si se equivoca le dolerá menos, pero es irreal: si fallas, fallas sin que haya grados o tamaños en el fracaso. No has conseguido tu obejtivo y punto, no hay que valorar ningún tamaño porque no creo que haya fallos mayores o menores.

También podrías pensar que ya estás bien donde estás y que vale más malo conocido que bueno por conocer. Lo siento, entonces. ¿Entonces para qué están tus sueños en tu vida? No lo entiendo, sinceramente.

Se ha descubierto que existe una relación entre la dificultad del objetivo y el esfuerzo que dedicamos a conseguirlo. Cuanto mayor es el objetivo, más nos esforzamos y por tanto más crecemos y aprendemos, y si por alguna razón no llegamos estamos más cerca de la meta a donde vamos. El rendimiento aumenta con las metas más grandes, ese aumento de rendimiento te hace más capaz en el próximo intento.

Si apuntas a lo mediocre, tendrás más mediocridad en tu vida…la dobrarás… y pronto te ahogarás dentro de tanta mediocridad. El 50% de algo grande es mucho más que el 100% de nada. Es tu turno, te toca tirar. Tira alto. Recuerda que eres un gigante dormido.

Un sueño pequeño no es un sueño, es tu premio de consolación.

«Llegas más lejos no consiguiendo una meta grande que consiguiendo una meta pequeña» Raimon Samsó. Tuitéalo, pásalo y cítame por favor.

Pensarás: sí, pero ¿cómo conseguiré algo tan grande y que además nunca he hecho antes?. Y yo te diré, primero comprométete, porque no tienes ningún derecho a conocer el cómo hasta que no hayas jurado y perjurado que lo harás sí o sí. Lo siento, pero el «cómo» viene después. Nunca antes. son las reglas de juego y hasta que no apliques las reglas, no podrás conseguir la vida por la que has suspirado tantos años.

Date permiso para soñar despierto y no vuelvas a la cama sin haber dado un paso hacia tu sueño.

JFK lo hizo en los sesenta cuando prometió a su país que enviaría al hombre a la Luna sin tener la más remota idea de cómo lo harían ya que nunca nadie antes lo había hecho. ¡Y lo prometió en la TV para que todo el mundo le tomara la palabra!

Si no lo intentas has fracasado doblemente.

Así que busca tu Luna (tu sueño más salvaje) y júrate que no descansarás hasta que sea real. Te aseguro que esa actitud te descubrirá el «cómo» y estarás allí para explicarnos a los demás la manera de conseguirlo.

Te daré una última pista: la vida es maravillosa y está de tu lado si vives desde el corazón.

Te dejo, he de ir a mi Luna…

¿La oportunidad te encontrará preparado para el éxito?

Vivimos la era de las oportunidades, jamás en mi vida había conocido una época como esta con más posibilidades para crear el estilo de vida deseado, mejorar la economía personal, conseguir sueños y lograr más éxito, más rápido. Lo que está ocurriendo es algo que nos beneficia a todos si estamos listos para aprovecharlo.

Más que otra cosa, la preparación es la clave de los resultados auspiciosos.

Pero las infinitas oportunidades del campo de todas las cosas que pueden ocurrir y aguardan tu decisión, no valdrán de mucho si no te hallas preparado para aprovechar las oportunidades que continuamente cruzan el éter y pasan rozándote.

Tu preparación requiere una mente milagrosa o lista para crear pequeños milagros en el día a día, acelerar los cambios deseados y manifestar el inmenso poder que te fue concedido al nacer. No hablo de buena voluntad, ni desearlo mucho, ni siquiera de merecerlo… con eso no basta. Me refiero a tomar el poder personal que te fue concedido y usarlo sin límites ni complejos.

En la vida no hay obstáculos, sino pruebas para que demuestres cuánto quieres lo que buscas.

Ahora he de revelarte que el éxito es una tecnología de la que lo sabemos casi todo y que funciona como un reloj suizo: si te aplicas a aplicar punto por punto la plantilla de éxito, éste será tuyo. Sin excepción. No conseguir lo que deseas es una anomalía, de hecho manifestar tus deseos debería ser lo normal y lo habitual, pues para eso fuimos creados y contamos con el poder para hacerlo.

No deja de extrañarme que la persona promedio no consiga lo que se propone porque ahí afuera no hay limitación alguna. La única limitación que frena a la humanidad es la propia humanidad. En serio, ahí afuera no hay nada que conquistar, salvo conquistarse a uno mismo.

El éxito deja pistas y tiene referentes por todas partes. ¿puedes verlos?

Esta es la lista de preparativos para el éxito inminente:

  • Ampliar los conocimientos.
  • Ampliar la conciencia.
  • Desarrollar una mentalidad ganadora.
  • Desarrollar nuevos hábitos imbatibles.
  • Prepararte físicamente para manifestar toda tu energía.
  • Deshacerte de lo que sabes y no es verdad.
  • Deshacerte de prejuicios contra palabras como: éxito, dinero, logro, ilimitado, ganar…

La pregunta de ¿cuándo conseguiré lo que quiero? se responde: cuando estés plenamente listo para ello, ni antes ni después. Yo puedo prepararte para el éxito inevitable e inminente. Prepárate ahora para el mejor año de tu vida: el 2014. He desarrollado las pautas para crear ese estado de máximo rendimiento en mi intensivo CITA EN LA CIMA, que imparto una sola vez al año. En el cuadro de bajo, el enlace para empezar.

Curso Cita en la cima con raimon SAmsó

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Com tenir feina: Consells per canviar de professió

Feina

Raimon a L´Ofici de Viure de Gaspar Hernandez, a Catalunya Radio.

Com tenir feina.

Entrevista en catalán de 3 minutos.

Los 7 factores para el éxito en tu negocio

Los expertos de cada mercado tienen muchas cosas en común: tienen una misma mentalidad, valores parecidos, estartegías iguales; aunque estén especializados en conocimientos diferentes (industrias diferentes).

En el Instituto de Expertos hemos destilado el área común de los expertos, lo que comparten, su ADN.

Atención, en este post encontrarás Los 7 factores para el éxito en tu negocio (los 7 magníficos) que hay que dominar con maestría para establecerse como una referencia o experto en un mercado profesional y ser percibido como uno de los mejores.

  1. Especialización y diferenciación como experto: ¿qué te hace diferente? ¿por qué un cliente debería elegirte a ti y no a otro colega? No vale decir que porque tú eres más simpático o porque eres muy bueno, no creo que eso baste. Sin un nicho eres un profesional mal bicho.
  2. Plataforma de experto: presencia en internet masiva usando las herramientas que hoy todo el mundo puede disponer a muy bajos precios o gratuitamente. Es increíble comprobar cuántos profesionales no tienen una infraestructura digital que les permita hacer mucho más con menos. Esta es una de mis misiones: convertir en digital los profesionales analógicos u obsoletos.
  3. Visibilidad en el mercado objetivo como experto: acciones de marketing on line y off line que  hagan que tu nombre sea uno de los primeros que vienen a la mente cuando alguien necesita un experto en tu área profesional. Los profesionales invisibles son expulsados del mercado porque nadie sabe que existen.
  4. Interacción social con las personas que buscan un experto: establecer una relación virtual con la audiencia y ayudarla en lo posible creando valor de diferentes maneras. Es posible conseguirlo, con el uso masivo de varias redes sociales y la presencia activa y diaria en ellos.
  5. Productos gratuitos de alto valor como experto: Para crear una primera experiencia con los potenciales clientes es obligatorio disponer de uno o varios productos o servicios gratuitos que sirvan de prueba e inviten a la audiencia profundizar en el embudo de ventas de experto con otros productos o servicios de precio medio y precio alto.
  6. Un catálogo de productos y servicios de un auténtico experto: es decir, algo que ofrecer a los potenciales clientes. Cuanto mayor sea este catálogo, mayores posibilidades de crear una posición del experto en un campo y de generar ingresos múltiples. Carecer de una gama diversificada de productos y/o servicios es uno de los frecuentes errores del freelance que acaba por ingresar muy poco o nada.
  7. Contenidos valiosos como experto: trata de no ser uno más y de no ofrecer lo que la mayoría ofrece. Investiga, aprende, innova, y destila lo mejor de lo que sabes y experimentas. Nunca hables de oídas, pruébalo tú mismo todo y sé un ejemplo práctico de las soluciones que predicas. Evita los refritos, y el «más de lo mismo». Solo si das valor de verdad, y no un sucedáneo descafeinado, el mercado te escuchará.

Espero que te hayan interesado estos Los 7 factores para el éxito en tu negocio. Imagino que te preguntarás cuánto tardarás en construir todo esto y quién te ayudará. Espero que tardes un buen tiempo, tal vez un par de años o más, eso te curtirá. He apuntado sólo una idea básica de cada uno de estos  Los 7 factores para el éxito en tu negocio (magníficos) pero es obvio que trabajarlos bien requiere un desarrollo mayor.

Y la ayuda, por cierto, está en todas partes. En concreto, mi Programa Experto acorta la experiencia tanto de posicionarte como de arrancar en tu profesión.

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Excusas: ¡ tolerancia cero !

Te paso mi artículo publicado en el suplemento «EL  PAÍS SEMANAL» del periódico español EL PAÍS.

Que lo disfrutes…

¿Podemos cambiar los viejos hábitos que impiden pasar a la acción?

Ciertamente podemos cambiar los hábitos, incluso los invisibles hábitos mentales que nos llevan a tratar de sobreprotegernos con las excusas, haciendo que nos perdamos oportunidades en la vida. El hábito negativo de la procrastinación se puede sustituir por hábitos de la acción disciplinada y responsable. Pero, ¿de dónde proceden las excusas?, ¿qué rendimientos proporcionan, si es que los tienen? y más lo que es más importante: ¿cómo sería nuestra vida sin las excusas? Y sobre todo: ¿Cómo dejar de ponerse excusas? Veamos cómo las excusas, lejos de protegernos, en realidad nos privan a las personas de aquello que más queremos en la vida.

EL HÁBITO DE AUTO ENGAÑARSE
“Una excusa es peor y más terrible que una mentira” Alenxader Pope, poeta inglés.

Los hábitos, sean buenos o malos, tienen un propósito claro que resulta muy beneficioso: ahorrar esfuerzo. Aunque parezca sorprendente, una gran parte de las acciones que tomamos son hábitos inconscientes y no decisiones reflexivas. Por eso convierten los comportamientos en rutinas que tratan, como decía, de ahorrar tiempo y energía. Pero ¿y si ese hábito estuviese privando a una persona de lo que más quiere? Eso es precisamente lo que ocurre con “el hábito de las excusas”.

Seguramente las excusas están más cerca del engaño que del argumento, porque suenan más a justificación subjetiva que a razón objetiva.

El ser humano es experto en crear excusas, su creatividad en este tema es infinita. Tal vez, las excusas que siguen son las más frecuentes en el “catálogo de excusas”. ¿Suena alguna familiar?: “Es difícil, es arriesgado, algún día, creará problemas en casa, no me lo merezco, no me lo puedo permitir, nadie me va a ayudar, no soy lo suficientemente inteligente, no sé cómo hacerlo, soy demasiado mayor, soy demasiado joven, qué pensarán de mí, no tengo la energía necesaria, no tengo tiempo, lo haré cuando me retire, ahora no es el momento, esperaré una oportunidad…”.

Dice el Dr Camilo Cruz en su best-seller “La Vaca”: “El verdadero enemigo del éxito no es el fracaso, como muchos piensan, sino el conformismo y la mediocridad. Todos cargamos con más vacas de las que estamos dispuestos a admitir; ideas con las cuales tratamos de convencernos a nosotros mismos y a los demás que la situación no está tan mal como parece; pretextos para justificar por qué estamos donde estamos; excusas que ni nosotros mismos creemos, con las que pretendemos explicar por qué no hemos hecho lo que sabemos que tenemos que hacer”. Seguramente el autor se refiere al “juego interno del éxito”. ¿En qué consiste semejante concepto?

Las personas desarrollan dos clases de juegos: el interno y el externo. El juego interno se juega en nuestro interior, concretamente en nuestra mente. Es la pelea interna que tenemos que resolver ante un desafío de la vida, una decisión compleja o una situación de cambio. El juego externo consiste en actuar y resolver. Cuando una persona pierde la partida interna, lo más seguro es que pierda acto seguido la externa. Es decir, cuando alguien se pone excusas, lo más seguro es que no actuará. Y si bien no experimentará un fracaso tampoco conseguirá un éxito; y lo que es peor: no tendrá una experiencia de aprendizaje.

Pero si la creatividad en inventar excusas fuese poco, además contamos con la creatividad ajena para inventar aún más excusas y añadirlas a las nuestras. Sin duda, los pensamientos están “expuestos” a las mentes de otras personas continuamente; es decir, son susceptibles de “contaminarse” con “el virus de la excusa”. Algo que puede suceder en el transcurso de una simple conversación.

Se trata de un “virus” muy contagioso. Algunas personas incuban el virus desde pequeñas, ya que antes de los diez años todos hemos sido expuestos a un surtido variado de “memes” (unidad de informacion transmisible de persona a persona por imitación) excusa que actúan muy parecido a un virus contagioso. Cuando un meme entra en la mente, sin duda va a dejkar una huella, va a influirla sutilmente. Por suerte, siempre es posible cambiar cualquier patrón mental adicto a las excusas, no importa cuánto tiempo haya tomado el condicionamiento. ¿Cómo? Con la auto-disciplina.

EL PODER DE LA DISCIPLINA
«Disciplina es el puente entre las metas y los logros.» – Jim Rohn, autor motivacional.

Mucha gente piensa que el éxito viene de la buena suerte o de un talento enorme, pero muchas personas de éxito alcanzan sus mayores logros de una manera más sencilla: a través de la auto-disciplina. Los buenos resultados no necesariamente llegan gracias a la suerte, la inteligencia o el talento, sino por la auto-disciplina, por vivir ¡sin excusas!

No importa de qué área de la vida se habla: relaciones, carácter, salud, éxito personal, condición física, negocios, gestión del tiempo, amistad y familia, liderazgo, consecución de objetivos, ventas, finanzas, solución de problemas… la auto-disciplina siempre es la clave.

La auto-disciplina, basada en el dominio de sí mismo o auto-control, es realmente la clave para conseguir lo que una persona se propone en la vida. No importa tanto la formación o la inteligfencia como la voluntad. Cuando una persona puede elevar el nivel de su auto-disciplina, se convierte casi en imparable: tardará más o tardará menos, pero conseguirá lo que se propone.

Lo que sigue son cinco actitudes para acabar con el hábito de las excusas: disciplina, persistencia, coraje, coherencia trabajar con objetivos y auto-resposanbilidad. Con estas actitudes cualquiera puede conseguir mucho más de lo que recibe de la vida.

La primera, la responsabilidad es la más poderosa. La palabra disciplina puede sonar a obligación pues parece sugerir una acción forzada. Nada más lejos de la realidad: disciplina en realidad significa ser “discípulo de una idea” que se ama, no es necesaria la fuerza de voluntad, es simplemente un acto de amor. Precisamente por seguir una elección guiada por la auto estima, somos capaces de decir adiós para siempre a las excusas.

Pero ¿cómo activar la auto-disciplina? Parece más sencillo decirlo que hacerlo, y así es (este razonamiento se parece mucho a una excusa). Aquí es donde pide entrada el concepto de las buenas preguntas que abren nuevos paradigmas de percepción.

EL ANTÍDOTO PARA LAS EXCUSAS: LAS BUENAS PREGUNTAS
“Hay mil excusas para fallar pero ni una sola buena razón”. Mark Twain, escritor.

Alguien dijo que cuando se afronta una problema todo lo que se necesita para atravesarlo es formularse una buena pregunta y atreverse a responderla. No una pregunta cualquiera, sino una pregunta que haga pensar y también que permita intuir cuál es la mejor decisión. En efecto, todo lo que necesita una excusa para disolverse es enfrentarse a una pregunta certera.

Las preguntas son una poderosa herramienta para el cambio personal y la toma de decisiones importantes. En el coaching se usan con frecuencia para diseñar nuevas perspectivas. Las preguntas, como siempre exigen una respuesta concreta, ayudan a crear un nuevo modo de ver las situaciones y consecuentemente a generar un cambio de actitud o mentalidad.

Estas son las preguntas que ayudan a disolver las excusas:

• ¿De dónde procede esta excusa?
• ¿Es verdad?
• ¿Cómo es mi vida con esta excusa?
• ¿Cómo sería mi vida sin esta excusa?
• ¿Cuál es la verdad detrás de esta excusa?

Cinco preguntas nada más, pero una vez formuladas, el inconsciente ya no puede dejar de pensar en ellas y buscará respuestas aquí y allá hasta que de con ellas.

Lo primero que suele descubrirse es que la mayoría de excusas simplemente no son verdad, y nunca lo han sido, sólo eran hipótesis sin confirmar. Otra certeza que se adquiere, tras formular la mencionada batería de preguntas, es que son… ¡excusas de otras personas! Puede parecer ridículo, y en realidad lo es, pero así es como ocurre: alguien dice: no se puede esto o no conviene lo otro… y quien lo oye confunde una opinión no contrastada en una verdad justificada.

Lo siguiente que ocurre después de reflexionar en estas preguntas es que las personas descubren cuánto se pierden en realidad y el elevado precio que acaban pagando por ponerse excusas, por auto engañarse.

¿Y por qué una persona sensata tendría semejante comportamiento? Porque las excusas, aunque tienen una buena intención, también tienen efectos contraproducentes. La buena intención consiste en tratar de protegernos de cometer un error, y el efecto es que el miedo que inspira las excusas siempre es una estafa.
LA COSTUMBRE DE EMPEZAR COMO FILOSOFÍA DE VIDA
«La innovación es misteriosa. La inspiración es, en gran parte, impredecible. Pero es obvio, por todos los éxitos que vemos en el mercado, que podemos dar la talla.
Cuando la costumbre se arraiga y te conviertes en un iniciador, en el centro del círculo, cada vez encontrarás más cosas en las que fijarte y más proyectos que iniciar e iniciar. El impulso aumenta y cada vez se te da mejor generarlo. Si te metes en la cama por la noche con la certeza de que la gente espera que te pases el día siguiente iniciando cosas, te despertarás con una lista. Y a medida que la gente que te rodea adopte también la costumbre de conectar, mejorar e ir más allá, los beneficios serán evidentes.
Esta idea tan prosaica, el siemple acto de empezar, es en realidad profundamente transformadora.»
“Hazlo”, SETH GODIN.

PARA APRENDER MÁS DEL TEMA

Libros
• “La Vaca, una historia sobre cómo deshacernos del conformismo y las excusas que nos impiden triunfar”, Doctor Camilo Cruz.
• “Excusas para no pensar”, Eduard Punset.

Película
• “¡Excusas!”, Dirigida por Joel Joan, 2003.

Cómo tener más éxito con unos padres exitosos

Padres emprendedores, hijos emprendedores

¿El mejor método educativo? Hay muchos, unos mejores y otros peores, hasta los hay que llegan a lo nefasto. Pero el mejor método educativo es el “ejemplo”, sin duda. Dar ejemplo con el testimonio personal, real, cercano, vivido… no falla nunca.

Los hechos no engañan, la palabras a menudo sí. Muchas veces cuando alguien me pregunta cómo le van a ir las cosas, le pido que me muestre su agenda del año pasado y le “adivino”, con poco o ningún margen de error, su futuro: su próximo año. Los hechos, sus actividades, sus tareas… son como semillas que brotarán en el corto y medio plazo. Yo no cobro por adivinar el futuro porque es demasiado fácil. Me basta con examinar sus agendas y no me falla.

Nuestra vida es el resultado de muchas decisiones y acciones que se hemos tomado antes y también de las que no hemos tomado nunca. 

Con los hijos, el valor del ejemplo es mayor aún. Porque ellos son muy listos, llevan incorporado un detector de mentiras que sólo desconectan al llegar la Navidad. Ellos se quedan con lo que hacen sus padres no con lo que les dicen sus padres. Ejemplo: si un padre o madre le dice a su hijo/a: “lee más, hijo” y esa criatura no ve un libro en casa ni por asomo (salvo algo parecido como son las páginas amarillas), ni ve a su madre y padre coger un libro…¿qué creen que hará el hijo/a? Exacto: conectarse a la play station.

No es lo que les decimos, es lo que les mostramos lo que van a aprender.

El peor consejo que he oído es: “Hijo estudia mucho, búscate un empleo, trabaja duro y jubílate que alguien cuidará de ti”. Qué locura. Lo de estudiar está bien, aunque la formación convencional no es ni suficiente ni garantiza nada como ocurría antaño. Lo de buscar un empleo me parece pésimo. ¿Por qué esta obsesión de tener un jefe, un horario y una nómina?, no dejo de preguntármelo. El final del cuento es peor, porque todo apunta a que en el futuro nadie se va a ocupar de ti.

La alternativa es emprender un negocio propio.

Pero, ¿qué hijo va a emprender si en casa todos están empleados? ¿Dónde está el ejemplo real, vivido, de primera mano? En ninguna parte. Sería un consejo “de oídas”, teórico.

¿Quiere ser su propio jefe? Pague entonces el precio y descubra su auténtico valor. No se escude en lo falsamente seguro, se empequeñecerá y hará lo mismo con los que estén a su alrededor. Hoy le preguntamos a un/una joven qué quiere ser y responde: “funcionario/a”. Angelito/a. Ni se le pasa por la cabeza la opción de empresario/a, emprendedor/a, agente libre, freelance o lo que sea…

No le enseñe a su hijo/a que ser funcionario es un chollo, dentro de poco será probablemente una auténtica pesadilla. No le anime a lo fácil y seguro, sino a lo complejo e incierto, es así como se gestan los personajes que lo cambian todo para siempre.

Me preocupa que se enseñen en las escuelas cosas que nunca se van utilizar en el mundo real.

Me preocupa que se enseñen oficios que no existirán dentro de cinco años.

Me preocupa que se subvencionen industrias que tienen los días contados.

Me preocupa que las personas no se den cuenta que si por muchos años hay un enorme bajón de empleos disponibles, y no encuentran empleo, tendrán que crearlo ellas mismas (sí, me refiero a emprender, a crear algo de valor y a servir a otras personas). Si no encuentran trabajo tendrán que “inventarse” su trabajo. ¿Tanto cuesta darse cuenta?

A los padres y madres les animo a atreverse a vivir por un proyecto ilusionante, que concuerde con sus valores, que les exija ser creativos, apasionados, disciplinados, persistentes, estudiosos, pacientes, serviciales, autónomos, libres… porque eso es lo que enseñarán a sus hijos y no otra cosa.

Todos esos valores, hábitos y actitudes ante la vida, en este caso profesional, es lo que convencerá a los jóvenes más que mil palabras. Les animo a regalar más libros y menos video juegos, a valorar más el esfuerzo y menos la comodidad, a valorar la retribución diferida y no la inmediata.

Seamos aquello que queramos ver en el mundo, no es un pensamiento mío, lo dijo M. Gandhi: “sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”. Por eso «recomiendo» unos padres exitosos para tener éxito.

Cómo conseguir más resultados, más rápido

Más Resultados, Más rápido. O por qué no conseguir lo que quieres es una anomalía.

Cita en la Cima es el programa de éxito más efectivo porque no se trata de teoría no contrastada (como ocurre en la mayoría de cursos y formadores sobre este tema) sino de experiencia sobre cómo yo lo hice. Contiene el resumen de lo que he aprendido en los últimos diez años después de estudiar de los mayores gurús. Lo he resumido todo en un fin de  semana y un libro. A mí me funciona y sé que lo hará contigo.

El éxito es duro pero es más duro no tenerlo.

El éxito es sencillo pero como la mayoría lo complica todo, pocos lo consiguen en sus vidas. Yo creo que es más sencillo volverse rico que seguir siendo pobre. Las personas que no tienen ni éxito ni dinero lo encuentran todo muy difícil y así acaba siendo. Sencillo es diferente de fácil. La palabra fácil / difícil es perdedora.

Te propongo el método que a mí me permitió dejar un trabajo tedioso, elegir el mejor trabajo del mundo, escribir 11 libros, y duplicar mis ingresos haciendo lo que me gusta.

Anticiparé una clave para los que no vayan a participar en el programa El método de los deseos cumplidos para que por lo menos lo sepan: “Da  a la gente más de lo que quiere y menos de lo que no quiere”. Crea una audiencia primero y después pregúntales qué quieren y ofréceselo. El modo más sencillo de triunfar en la vida es preguntarles qué quieren y luego ayudarles a conseguirlo. En resumen, lo que quiere la gente es ser feliz, a eso se reduce todo. Con esta sencilla información ya puedes a empezar a crear más resultados, más rápidamente.

Es cierto que la mayoría no piensa en lo que los demás quieren, se centran en lo que ellos quieren. Pero las cosas no funcionan así. Para conseguir más resultados primero deberás empezar dando a los demás lo que los demás quieren. Y cuanto más les des, más recibirás en correspondencia. Recuerda que primero hay que poder dinero en el banco para después poder retirarlo, y así es en todo. La crisis se encargará de acabar con el egoísmo de pensar solamente que consigo yo y qué me dan a mí. Son buenos tiempos para despertar la conciencia.

He diseñado mi programa de coaching grupal  Cita en la Cima, basado en mi libro del mismo título, para que consigas más resultados, más rápidamente. He trabajado 10 años para aprender lo que compartiré con quien se tome en serio el resto de su vida. Quienes asistan que se despidan de su anterior vida insatisfactoria. Sus mentes serán expuestas a la tecnología del éxito.

En mi libro explico que nadie puede ascender a la cima utilizando solamente su talento y sus medios. Solos no conseguimos nada de valor. Nada es más frecuente que el fracaso de los que tienen una gran idea o un talento. Con saber no basta. Les hace falta un plan de acción. Necesitan construir una actitud, la mentalidad ganadora que generamos en el programa Cita en la Cima, porque el éxito depende un 85% de la actitud y sólo un 15% en la información.

Me gustaría verte participar en el programa intensivo, ahora mismo la autoformación es la inversión imprescindible en este reset económico y cambio de era económica. Pero si no vas a venir, quiero entregarte esta estrategia de éxito para que la conozcas al menos: uno de los más importantes métodos comprobados para triunfar es conseguir que los demás te eleven hacia el triunfo. Debes conseguir ayuda de los demás, porque  tú solo no lo conseguirás. Anota en una lista: ¿quién te va a ayudar? Lo bueno de esto es que para que te ayuden, tú les tendrás que ayudar a tu vez. ¿No es maravilloso?

Ya lo he mencionado antes pero ser más libre, más sabio y más rico deberás ser más útil, porque triunfarás en el grado exacto de tu utilidad. Si eres útil en pequeñas cosas, estás limitando tu éxito, pero si sirves más a más gente, no tendrás quien te pare. Recuerda si eres útil en muchas cosas, tendrás muchos triunfos. En mi programa Cita en la Cima, identificamos ocupaciones divertidas para reinventarte que te ayudan a ayudar y a realizarte. Y no hablemos de crear dinero…

Mi cima era convertirme de bancario a escritor de motivación, y lo he conseguido en los  últimos años. Adicionalmente mi vida mejoró como nunca antes habría soñado y ello fue porque descubrí el método de los deseos cumplidos que durante un fin de semana compartiré con las personas para las que su vida sea importante para ellas.

Nos vemos en la Cima.

Curso Cita en la cima con raimon SAmsó

Cómo las malas decisiones vienen de anteponer la respuesta a la pregunta

Lo que te explicaré en este artículo no es nuevo para ti, de algún modo ya lo sabes. Si tú no lo supieras ya yo tampoco lo sabría, pero ahora podemos recordarlo juntos. Puedes llamarlo pasos o reglas. Cuando sean pasos significará que se tratan de ideas con las cuales sientes cierta atracción pero sin una comprobación. Cuando los llames reglas, será señal de que lo has practicado y ahora se han convertido en hábitos para ti.

Tal vez sientas que tomas decisiones de vez en cuando (casarte, comprar un piso, tener u hijo, hacer un viaje…) pero en realidad estas tomando decisiones a cada minuto. La suma de todas tus decisiones anteriores es este día, tu situación actual y tus circunstancias. Tu día no transcurre al azar, todo sigue la ley de causa y efecto.

El auténtico problema al tomar decisiones es que primero decides qué tienes que hacer, y después buscas justificaciones a esa decisión. Pero vamos a revertir este proceso para decidir correctamente.

Primero vamos a preguntar que es lo que sientes que debes hacer, después puedes buscar justificaciones para tomar esa elección (aunque en realidad no son necesarias ya que elegiste lo que sientes que tienes que hacer), y finalmente decides y actúas sin cuestionarlo en absoluto, sin mirar atrás, sin preguntarte si has tomado la decisión correcta. Recuerda que no hay resultado correcto ni equivocado, sino creencias que lo valoran así.

“Hoy no tomaré ninguna decisión que tenga que tomar sino que sienta que quiero tomar”, esta es la primera regla.

Pregúntate: ¿qué clase de día querrías para hoy? ¿qué emociones quieres sentir? ¿qué deseas experimentar? Y cuando tengas las respuestas afirma para ti en silencio: “Si no tomo las decisiones que tengo que tomar sino las que siento que quiero tomar esta es la clase de día que tendré”.

Por desgracia muchas decisiones desafortunadas se toman sin hacerse esas preguntas, son decisiones sin preguntas tales cómo: ¿cómo me sentiré cuando haya tomado esta decisión? O ¿desde donde decido: desde el amor o desde el temor?

Toda decisión suscita preguntas, pero cuando se responden con juicios y no con preguntas empiezan los problemas.

Segunda regla: “¿es esta la única manera de ver esto? Quiero ver esto de otra manera”.

Somete tu decisión a esta pregunta de confirmación o validación antes de actuar. A menudo verás opciones que antes no veías; y si no ves ninguna alternativa, es que no estás mirando la situación correctamente, vuelve a la regla uno. Pide ver tu dilema de otra manera. Con pedir es suficiente para que acedas a otras perspectivas. Pero es preciso que este dispuesta de verdad a ver de otra manera. Piensa que tal vez hay otras maneras de ver la situación, ¿qué puedes perder con pedirlas?

Vayamos a la tercera regla: “Como nadie puede tomar elecciones por su cuenta, hoy no tomaré decisiones por mi cuenta”.

Cuando lo tengas claro y lo aceptes, tendrás una gran paz interior. Y la razón de esta tercera regla se debe a que siempre decidimos junto al temor o junto al amor, por eso nunca estas sola ante tu decisión: o bien te acompaña el amor o bien te acompaña el temor, y en base a uno de ellos decidirás.

Cada minuto de tu vida elijes amar o elijes temer. No tienes otra elección ni otra alternativa.

Si no tomas ninguna decisión por tu cuenta, y elijes que el amor hable por ti, aquella es la clase de día, de experiencia y emoción que tendrás. Lo que elegiste ante de decidir, porque te hiciste una pregunta antes de decidir, porque en realidad nadie decide nada por su cuenta: el amor o el temor lo hace.

Y no quisiera cerrar este escrito sin una revelación cuántica que tal vez pueda sonar inquietante para alguna lectora pero creo que la mayoría se alegrará de recordar que: “tus decisiones son tanto para ti como para el mundo”.